jueves, 26 de noviembre de 2009

Teología

El Dios de los cristianos, Dios de mi infancia, no hace
el amor. Quizás, es el único dios que nunca ha hecho el
amor, entre todos los dioses de todas las religiones de la
historia humana. Cada vez que lo pienso siento pena
por él. Y entonces le perdono que haya sido mi superpapá
castigador, jefe de policía del universo, y pienso que al
fin y al cabo, Dios también supo ser mi amigo en aquellos
viejos tiempos, cuando yo creía en él y creía que el
creía en mi. Entonces paro la oreja, a la hora de los rumores
mágicos, entre la caída del sol y la caída de la
noche, y me parece escuchar sus melancólicas confidencias.

El libro de los abrazos, Galeano

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